La Reserva Natural Mi Cafetal es un predio adquirido hace cerca de 15 años con el propósito de recuperar y proteger sus sistemas tradicionales de producción de café asociado a la conservación de bosques de galería en la microcuenca La Pedregala.

Esta reserva natural conserva los últimos relictos de bosque natural en tierras bajas del flanco oriental de la Serranía de los Paraguas, justo en las riberas de la quebrada La Pedregala, en el Alto Garrapatas, cuenca del San Juan, con la idea de tejer una estrategia de conectividad con los predios vecinos.

Las especies objeto de conservación en la reserva son el Habia copetona (Había cristata), el carpinterito punteado (Picumnus Granadensis), el tigrillo (Leopardus pardalis), palma de cera (Ceroxylon alpinum) y el cedro negro.



La Reserva Natural Mi Cafetal y la conservación

Los conocimientos y compromisos adquiridos con Serraniagua como organización ambientalista de base comunitaria, se implementen además en la reserva con sistemas agroecológicos de producción, café orgánico bajo una amplia diversidad de especies de sombrío, áreas destinadas para la soberanía alimentaria familiar, sistemas pecuarios integrado a la producción agrícola con amplios estándares de bienestar animal y una amorosa relación con las especies de la finca. Adicionalmente se aprovechen los residuos de la finca para la producción de abonos orgánicos y se hace tratamiento a las aguas residuales antes de devolverlas a la quebrada.


La Reserva Natural Mi Cafetal como Patrimonio Cultural


En cuanto a los aspectos culturales, las investigaciones arqueológicas y cartografía elaboradas por el INCIVA, reportan registros de asentamientos precolombinos en los terrenos de la reserva estimados entre 6000 y 7000 años de antigüedad.

La casa del predio era una fonda del antiguo camino de herradura que se dirigía al pueblo antes de hacer la carretera y contaba con un trapiche panelero con rueda pelt0n para endulzar la subida del tramo final del camino. Por allí pasó por primera vez mi abuelo y mi padre (de 3 años) en 1936 de camino a El Cairo recién fundado. Hoy es parte del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Hacer un recorrido por la reserva, es viajar por diferentes épocas para conocer como cada paisaje nos habla de las culturas que lo transforman o lo viven, desde culturas milenarias en armonía con la selva al total desarraigo que representa una civilización que su sentido de la estética quiere convertir todo en plastico y cemento. 

De igual manera este recorrido nos permite aguzar nuestros sentidos con los colores de sus flores y vegetación, con los sonidos de su diversidad de pájaros, ranas, insectos, con la fragancia de cada orquídea, del café, de las frutas silvestres, del tacto amoroso con los árboles, el abrazo con el caballo, la firmeza milenaria de las rocas y la delicadeza de los frutos. 

El recorrido por la cultura y los sentidos también se da a través de la música: Mi Cafetal, el nombre de la reserva, es un homenaje al campesino y al paisaje cafetero a través de la canción de Crescencio Salcedo Mi Cafetal: https://www.youtube.com/watch?v=JTA6z8cya1k; Está canción la cantaba desde niño y siempre quise vivir su letra guindado en una hamaca en el cafetal.

El recorrido sigue a través de una canción en homenaje a Doña Emiliana, una mujer que saluda fraterna a todos los campesinos que pasan y les brinda temprano en la mañana una taza de café: https://www.youtube.com/watch?v=10aCcMQf9bk.

Es una dicha que mi hija haya  heredado este lindo nombre y su significado de mujer trabajadora y fraterna. Escuchar además a  María Antonia, la canción de José A. Morales, que invita a caminar hasta el otro lado del río para  sorprenderse con el amor de la linda María Antonia, mi hija mayor:  https://www.youtube.com/watch ?v=Jl0vwTNJF6Y

Y para terminar, un homenaje musical a Garzón y Collazos, el dueto que hizo más historia en la  música colombiana y que nos invita a cantar su tema Mi Cafetal recorriendo las cafeteras de la  finca: https://www.youtube.com/watch ?v=XqJRnR9_exo



Espiritualidad y poesía en Mi Cafetal:

El recorrido por la reserva también permite una relación sagrada con el territorio y con cada paso en los caminos que nos llevan en armonía con la natura y la cultura.

    • La sensibilidad especial que produce esta relación nos permite descubrir lugares mágicos dentro de la reserva, donde la paz, el bienestar y la sacralidad es plena:
    • Una gigantesca piedra milenaria, con grabados aún inteligibles, labrados por el agua, por el viento o por los ancestros. Sentarse allí, divisar el paisaje, sentir el lugar.
    • Un pequeño montículo al lado del bambú y del río, donde confluye el sonido del viento a través de las hojas, de los pájaros, del agua que atraviesa el bosque protector.
    • Un gigantesco árbol de higuerón de más de 40 metros y varias abarcaduras, junto a otros árboles que hacen de este sitio del bosque un testimonio de la vida, de las raíces solo visibles en el inframundo vivo y misterioso, de las ramas solo visibles desde el cielo. Da ganas de abrazarlo, pero no alcanza nuestro ser para tanto inmensidad y maravilla.
    • Una pequeña cascada nos invita a adentrarnos en el río, a venerar su majestuosidad, a una relación fluida con el agua, sólida con las rocas, etérea con el espacio rojo.
    • Caminar por el cafetal y encontrar los sitios donde estuvieron los asentamientos indígenas que poblaron la reserva miles de años atrás, y sentir la vibración de su silencio, de su voz que clama por la Tierra, por el cielo, por el paisaje, por el espíritu en cada ser, por la vida en toda su plenitud, por cada roca testigo inmutable.

Terminaría por decir, que este sitio es un nido de amor para mi esposa Isabel, que es la suma de todas las cosas bellas que hemos dicho y de las que deciden mejor quedarse en vuelo con las mariposas pues las simples palabras no son suficientes para expresalas.